Los jóvenes universitarios viven una etapa de cambios y vivencias relacionadas directamente con la toma de decisiones que afectarán naturalmente su estilo y calidad de vida, estas desiciones son tomadas por ellos mendiante experiencias previas y por la educación y valores que han adquirido de sus padres desde muy temprana edad.
Es por ello que a continuación interiorizaremos en esas decisiones que son tomadas conforme a su alimentación y cómo es que éstas repercuten en su salud, pues es importante estudiar este fenómeno ya que los jóvenes universitarios de hoy, serán quienes manejen al país en un corto tiempo.
Una generación enferma indudablemente es una generación poco fructuosa, y ¿Qué se le esperaa un país en el que la mayor parte de su población tendrá problemas cárdiacos, obesidad, hipertensión o diabétes? Indagando en los factores que propician dicho fenómeno, se pretende que el lector tenga una visión más completa del problema a la actualidad.
Los estudiantes no consideran como prioridad el comer bien, a pesar de que en ocasiones tengan a su alcance las posibilidades económicas, prefieren no gastar en comida saludable, si no más bien en otros bienes o servicios relacionados a sus intereses personales, no obstante, hacen caso omiso a recomendaciones de salud por desconocimiento del tema o simple desinterés.
Hoy en día, los universitarios tienen prioridades que, cuando eran pequeños jamás imaginarían, incluyéndome en este grupo de personas, en ocaciones preferimos no gastar en comida saludable para que ese dinero podamos usarlo en otras cosas como ropa, fiestas o simplezas, dejando en tercer plano la comida y convirtiendo a nuestra cartera como el blanco perfecto del derroche.
Por lo cual, es importante hacer hincapié en la economía del estudiante ya que, desde temprana edad y antes de que él mismo, entre al juego económico, éste no sabrá sobre el habito del ahorro y mucho menos en el de inversión.
De igual forma pasan desapercibido el hecho de que puede hacerles daño en un futuro puesto que no dimensionan o desconocen la gravedad de la situación a pesar de que en el colegio desde pequeños, se les educa y se les enseña el plato del buen comer. No obstante, por más que se hable del tema la última decisión siempre será de ellos de acuerdo a sus interéses personales.
El no saber el daño que puede causar en el futuro una mala alimentación, incrementa las posibilidades de tener un país enfermo “México ocupa los primeros lugares en obesidad mundialmente, también se presenta a edades cada vez más tempranas. El periodo de estudios universitarios implica una etapa crítica en cuanto a ganancia de peso corporal y adquisición de conductas poco saludables” (Campos, Romo, Moral y Carmona, 2017,p6).
No obstante, estar consientes de la gravedad de una mala alimentación esclarece una esperanza en el futuro de la generación de los jóvenes universitarios de quienes se espera, estén sanos y fuertes al momento de tener a su mando y en sus manos al país.
Muchas veces los jóvenes no solo pasan desapercibido el hecho de que una mala alimentación puede causar serios problemas en el futuro, si no que desconocen el valor nutricional de los alimentos que ingieren, lo cual representa un grave problema que incrementa la tasa de enfermedades. No obstante, tienen herramientas como internet que abre por completo su acercamiento a la información, con lo que cada vez es más dificil estar desinformado.
“En el continente americano existe un elevado índice de personas que sufren enfermedades no transmisibles debido al consumo excesivo de productos altos en sales, grasas y azúcares” (Velasteguí,2016, p80). Saber qué comer y cuando comer es indispensable para un óptimo desarrollo disminución de enfermedades.
Tener un acercamiento a la realidad a la que nos exponemos a vivir simboliza un entendimiento más profundo de lo que el joven universitario podría evitar, ejerciendo una sana alimentación y en general una vida saludable.
Indagando un poco más en la vida del universitario podemos recabar que, los estudiantes no suelen cocinar por no saber o por tiempo, obligándolos a consumir fueras, compran comida que esté a su alcance tanto económicamente como por cercanía, aún sabiendo que ésta, puede no ser sana. No obstante, la prioridad aquí esta en alimentarse no importa cómo, ni qué.
Dicho esto, puedo decir que como ejemplo y como vivencia personal, en muchas ocaciones para no tener hambre y no gastar mucho dinero recurrimos a comer tamales, tacos de canasta, elotes o tortas ya que es lo que tenemos a nuestro alcance y es lo más económico, pasando desapapercibido el bajo contenido nutricional.
En muchas ocaciones anteponemos nuestra economía, no importando que comamos mal por el simple hecho de que tampoco contamos con el dinero suficiente para surtir una despensa con frutas, verduras y tostadas integrales, que en otras circunstancias, tendríamos acceso a ellas.
Con lo antes ya mencionado concluimos que, existe una decadencia en la alimentación del joven universitario principalmente por su economía, desconocimiento y desinterés en cuanto a su salud, lo cuál provocará en un futuro una generación enferma y por ende, un país en el que sus habitantes tendrá una menor esperanza de vida.
Por lo tanto es de gran relevancia el analizar las variantes que orillan al universitario a llevar una vida no saludable, para saber cómo actuar ante la situación y más allá, cómo hacer entender al universitario que todas sus decisiones tienen repercusiones reales en su estilo de vida.
Referencias
Campos, Y. Romo, T. Moral, E. Carmona, I. (2017, agosto, 11). Obesidad y autorregulación de la actividad física y la alimentación en estudiantes universitarios: un estudio longitudinal. MH Salud, 14(1), 1-12.
Velasteguí, M (2016, octubre, 25).Impacto del semáforo nutricional en los hábitos alimenticios de los estudiantes de la Universidad Politécnica Salesiana. INNOVA Research Journal, 1(10), 80-88.
